PIÑATA
El vocablo italiano pignatta se convirtió, en nuestro idioma, en piñata. El término hace referencia a un recipiente cuyo interior alberga juguetes y golosinas, y que se rompe en el marco de una celebración para que los asistentes puedan tomar su contenido.
La piñata suele tener una estructura de cartón, decorada con papel maché y diversas ornamentaciones. También puede ser un globo. Por lo general se cuelga del techo para que alguien, con la ayuda de un pinche o de un palo, pueda romperla y permita que los premios caigan sobre los invitados a la fiesta. Es habitual que la persona encargada de romper la piñata tenga los ojos cubiertos por una venda, lo que hace que el juego sea más divertido.
Si la piñata es un gran globo, para romperla se utiliza un objeto punzante, como puede ser un alfiler. Para las piñatas fabricadas a base de otros materiales existen dos maneras principales de abrirlas: tirando de una cuerda o manija colocada en su estructura con este propósito; golpeándola con un palo, tal como un bate de béisbol.
El explorador Marco Polo descubrió las piñatas en sus travesías por China. En el gigante asiático, cuenta la historia, se empleaban para celebrar la llegada de un nuevo año. En sus versiones europea y, más tarde, americana, las piñatas empezaron a usarse en ceremonias religiosas. Hoy en día, las piñatas suelen emplearse en los festejos infantiles de cumpleaños.
Las primeras piñatas adoptaban la apariencia de una estrella de siete puntas, en representación de los pecados capitales. Al romper la piñata, el individuo demostraba que podía imponerse a dichos pecados, venciéndolos, mientras que la caída de los premios desde las alturas simbolizaba los tesoros del reino de los cielos que recibía la persona.
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